lunes, 11 de febrero de 2008

Un verdadero Plan Ganadero - Nota Diario Clarín 10 de Junio de 2006


Por Elisa Carrió y Andrés Domínguez


Nota Publicada en el Diario Clarín, Suplemento Rural, el 10 de Junio de 2006
http://www.clarin.com/suplementos/rural/2006/06/10/r-02401.htm

Para el Gobierno, el campo argentino, en especial el sector ganadero, es su enemigo. Aumento de retenciones, idas y vueltas con la insensata prohibición de las exportaciones, ataques verbales y llamados a la población a no consumir carne, se sucedieron hasta que en los últimos días se designó a la Diputada Berraute en la Comisión de Agricultura y Ganadería, quien estrenó cargo diciendo que no saber nada del campo era bueno para no caer en prejuicios.

Para actuar sin prejuicios no hace falta la ignorancia; por el contrario lo que se requiere es honestidad intelectual y dignidad política. Y en rigor de verdad, es el propio Presidente quien revive los prejuicios, en una arcaica teatralización de viejas antinomias.

Digamos las cosas como son: con su ofensiva contra una supuesta "patria ganadera" el gobierno divide al país y pretende tapar sus severísimas fallas de gestión en lo que a política productiva ganadera se refiere. La ignorancia no evita prejuicios: sólo engendra pobreza.

Las equivocadas medidas del gobierno lograron que en dos meses la carne baje apenas un 3% su precio de mostrador. Mientras que los precios al productor se derrumbaron y se hizo un tremendo daño a la economía, amén de la pérdida de confianza generada en los mercados externos.

Desde el año 2005, aun antes de la escalada de precios de la carne, desde el ARI venimos pidiendo la baja de las retenciones. Nuestros dirigentes y equipos vienen trabajando con productores y otros actores de la industria en una propuesta alternativa ante políticas económicas que creemos equivocadas. El Gobierno Nacional no tiene un Plan de Desarrollo Productivo para el país, y en el tema ganadero esta carencia es palmaria.

Si pretendemos que Argentina ocupe su lugar entre los tres principales productores y exportadores de carne del mundo, pudiendo abastecer al mercado interno a precios accesibles para el conjunto de la población, tanto como satisfacer la demanda externa, debemos tener como herramienta estratégica un Plan Productivo para la Ganadería Nacional de al menos 15 años.

Presentaremos en los próximos días nuestro Plan Ganadero, con propuestas de corto, mediano y largo plazo para el sector. Pero vale destacar que las propuestas deben validarse con acciones, caso contrario, no son más que meras palabras vacías de contenido.

No tiene autoridad moral para proponer nada al campo un go bierno que cierra las exportaciones de carne por capricho y que sostiene a un secretario como Miguel Campos, que está procesado por corrupto.

No la tiene tampoco la anterior conducción de Economía, que abortó el anuncio de un plan, que tenía el apoyo del sector, por no querer aceptar algunos beneficios impositivos y privilegiar una política fiscalista de caja. El ARI tiene una propuesta ganadera integral y seria, que sostenía desde mucho antes que estallara la crisis de la carne.

Defendemos al campo porque no creemos que un pequeño productor agropecuario sea un traidor a la patria.

Defendemos la producción agropecuaria porque hay miles de peones rurales y trabajadores de frigoríficos que, si la industria crece y se crían más terneros, tendrán mejores salarios y más compañeros de trabajo.

Defendemos estas posturas porque no creemos que una familia que se sienta a la mesa del domingo a comer un asado esté conspirando contra el gobierno.

Defendemos la economía de las pequeñas ciudades del Interior, porque en todo el territorio nacional debe haber trabajo y oportunidades, y no es justo condenar al atraso a la Argentina profunda para sostener una dialéctica de confrontación contra una oligarquía ganadera que dejó de existir hace años.

Defendemos al campo, fundamentalmente, porque también es la forma de defender a las madres de escasos recursos que con un kilo de carne alimentan días a su familia.

Ni los productores, ni los trabajadores del campo, ni las amas de casa están traicionando al país, por más que el Presidente nos diga que no hay que comer carne. Evitemos prejuicios sociales que ya no se condicen con la realidad. La posición del ARI es profundamente progresista.

Defendemos un verdadero modelo productivo. Defendemos a los pequeños productores que incorporan mejoras y generan trabajo. Defendemos una industria frigorífica limpia y desconcentrada. Pugnamos por un modelo impositivo que no castigue la producción de valor agregado y el consumo de alimentos, porque esto no hace más que poner la carga tributaria sobre los sectores de menos recursos.

Del problema de la carne no se sale con injurias, ignorancia ni ataques. Se sale con seriedad, propuestas, y una profunda humildad para aceptar las diferencias y reconocer los errores.

Por eso desde el ARI vamos a presentar nuestro Plan Productivo para la Ganadería Nacional. Nuestras propuestas se basan en la apertura de las exportaciones, la eliminación de las retenciones a la carne y la baja de impuestos al consumo (Ingresos Brutos e IVA).

Estas líneas estratégicas son clave para reimpulsar la producción y bajar los precios internos, y marcan una clara diferencia con las actuales y equivocadas medidas del Gobierno. También proponemos la eliminación del peso mínimo de faena y la comercialización por cortes para descomprimir la oferta y contener la inflación.

Además, fomentamos la creación del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos; ya que si se va a implementar un Plan Nacional, como el que aquí proponemos, debe haber una instancia institucional relevante para sostenerlo y aplicarlo.

El Plan Productivo para la Ganadería del ARI no es otra cosa que un aporte en la búsqueda de la construcción de una alternativa a la situación actual. En esta instancia no pretendemos ser los referentes de nada ni nadie, ni obtener un rédito político mezquino: buscamos acompañar un reclamo justo como el del campo y abrir caminos de diálogo y propuestas para construir un futuro diferente.

* Coautor: Andrés Domínguez

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