lunes, 11 de febrero de 2008

Sobre la separación de la Diputada Alarcón de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados

EL PECADO DE PENSAR DISTINTO
Por Andrés Domínguez
20 de Mayo de 2006


La vergüenza volvió a caer sobre el Congreso de la Nación. El Partido del Presidente Néstor Kirchner impuso nuevamente sus mayorías para acallar toda
disidencia: esta vez la destinataria de la furia oficial fue María del Carmen Alarcón, cuyo pecado fue ser consecuente con sus posturas históricas y animarse
a pensar distinto que el Presidente. El peronismo abandonó a Alarcón, le sacó su cargo y la acusó de traicionar al pueblo que la votó. La conclusión es clara: a todo aquel que se oponga al gobierno le espera el destierro político y los ataques furibundos del presidente. Hemos entrado en una etapa de profundización de los rasgos autoritarios del régimen kirchnerista.

La forma en que se avasallan las instituciones, siendo lo único importante para el partido de gobierno cumplir con los caprichos del matrimonio presidencial
es una aberración a la República. Los argumentos utilizados en este caso, confundiendo a los pequeños productores rurales con los grandes terratenientes de hace 150 años no es más que una reactuación, patética y violenta, de viejas antinomias que llevaron al país a caminos muy oscuros. Al gobierno no le importa
volver por esa senda con tal de continuar acumulando poder.

Ante el ataque del Presidente Alarcón fue abandonada por sus propios referentes y compañeros de bancada. El miedo se ha apoderado de la clase política. Con el
miedo ha entrado al Congreso la vergüenza: aquél que no es capaz de actuar en consecuencia con sus ideas y defender sus posiciones no hace más que manchar el honor del República. Esto han hecho todos y cada uno de los Diputados peronistas que quitaron su cargo a Alarcón.

La moraleja que nos debe quedar a los argentinos de esto es clara: no oponerse, no disentir, no pensar distinto. De hacerlo, las consecuencias serán terribles. Ellos no repararán en aliados ni enemigos. Ortega y Gasset decía que la palabra que caracterizaba mejor a los argentinos era “guarango”, siendo éste aquella persona soberbia y mediocre que para tapar su carencias se volvía violento y agresivo. En su escalada contra la inexistente oligarquía ganadera y el campo Kirchner no hace más que dividir a la Nación y de esta forma esconder los -a esta altura indisimulables- gravísimos errores que ha cometido en temas de ganadería. Quien escribe esta nota desde el Ari ya ha señalado estos errores, al igual que Alarcón, aunque nosotros no compartimos todas las opiniones de la Diputada. Ahora bien, para defender las instituciones, no deben mirarse ni las opiniones políticas ni la pertenencia partidaria. Lo que está en juego es demasiado importante para hacerlo.

Cuando un gobierno pierde toda autoridad moral sólo le queda autoritarismo. Cuando el pecado empieza a ser pensar distinto, lo que está herido de muerte es la república. Aún así, miles de argentinos optamos por pensar distinto, lo que está herido de muerte es la república. Aún así, miles de argentinos optamos por
la soledad digna de la disidencia antes que aceptar ver pisoteada la democracia que tanto nos cuesta construir. Vale mucho más mantener los principios y la
integridad, aún en soledad y abandonado y ridiculizado por propios y extraños , que ocupar el poder de la firma indigna en que ellos lo están haciendo.

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