lunes, 11 de febrero de 2008

Plan Productivo para la Ganaderia 2006

En las Jornadas de CARBAP de Junio de 2006 Elisa Carrió presentó el Plan Productivo para la Ganadería Nacional del ARI, elaborado por Andrés Domínguez.

Les acompañamos el link de la nota periodística

http://www.agriclipping.com/home/index.php?acc=portada&edi=200

Plan Productivo para la Ganadería Nacional

OOObjetivos

En líneas generales, los objetivos básicos de un Plan Ganadero se pueden dividir en dos: Horizontes Estratégicos y Metas de Gestión. Como objetivos, lo que a continuación enunciamos son declaraciones de hacia dónde vamos. No es otra cosa que explicitar de forma clara una visión sobre como imaginaos la cadena agroindustrial de carnes. En las siguientes secciones presentamos las diversas medidas específicas de corto, mediano y largo plazo con las que pretendemos alcanzar estos objetivos.

Horizontes Estratégicos

Se pretende que la Argentina ocupe su lugar entre los tres principales productores y exportadores de carne del mundo, acortando las diferencias con Brasil, de forma tal que la producción y oferta total del país cubra los dos objetivos primarios: abastecer al mercado interno a precios accesibles al conjunto de la población y satisfacer la demanda externa de carnes nacionales, aprovechando las oportunidades de negocio del mercado internacional.[1] En este marco, la industria de la carne y los productores ganaderos generarán trabajo y divisas en vastas áreas del interior del país y también de los centros urbanos, vendiendo al exterior un producto con alto valor agregado y brindado al mercado interno un producto de buena calidad y precios accesibles. Para esto, la herramienta estratégica por excelencia es un Plan Productivo para la Ganadería Nacional de largo aliento (15 años).

Metas de Gestión

  • Aumento del Stock y la Producción Bovina, acercándonos en un plazo de 15 años a los 60M de cabezas de stock.
  • Baja de precios en el mercado interno, a través de consensos de abastecimiento del mercado interno de ciertos cortes, la modificación de las reglas de comercialización y la baja de impuestos regresivos sobre el consumo.
  • Aumento de la Productividad, con incentivo al uso de técnicas de feed-lot y engorde por suplementación, aumentos en la oferta forrajera a través de implantación, intersiembra y fertilización y mayor utilización del maíz, con fin de lograr incrementos en el peso promedio de faena. Mejoras en el manejo de la producción y asesoramiento profesional para todas las unidades ganaderas, para lograr aumentos en la retención de vientres y la tasa de extracción y procreo.
  • Aumento en la calidad diferencial del producto exportado, agregando de esta forma valor, a través de mejoras genéticas, trabajo con estándares de calidad naturales y técnicas de bienestar animal. Ampliación de la participación en las ventas a los mercados de alto poder adquisitivo.
  • Incremento en el uso de tecnología y de producción en áreas marginales con apoyo estatal. En nuestro país la tecnología más avanzada esta disponible y ya hay grupos de productores de punta que la están utilizando, pero existe una brecha tecnológica entre estos establecimientos y aquellos que aún no han incorporado las mejoras. La difusión y aplicación de esta tecnología existente y disponible permitirá un verdadero salto sustancial en los niveles de producción y productividad.
  • Transparencia de mercado, limpieza y efectividad de los controles fiscales y sanitarios y eliminación de barreras que configuran situaciones de pseudo-competencia que no benefician los niveles de producción y calidad necesarios para alcanzar los objetivos de este Plan.
  • Apertura Comercial, vía negociación con los mercados externos de alto poder adquisitivo con hincapié en la baja de subsidios agrícolas, diversificación de los mercado destino y eliminación de las retenciones internas a las exportaciones de carne.
  • Articulación de un Sistema Impositivo de Incentivos a los aumentos de producción y competitividad, y un Sistema de Fomento por Subsidios y Créditos con eje primordial en los pequeños productores, zonas marginales y las firmas de menor escala de producción.
  • Construcción de una autoridad política e institucionalidad seria que se haga cargo del destino estratégico del sector y que asegure el respeto mutuo, el diálogo, el cumplimiento de los compromisos y la estabilidad de las reglas de juego.
  • El cumplimiento de estas metas conllevará de por si sólo el logro de otro objetivo de gestión: el aumento de los puestos de trabajo generados por el sector ganadero y su cadena. El Nivel de crecimiento de los mismo puede estar rondando el 50% en diez años de cumplirse las pautas de este plan, lo que implica alrededor de 200.000 puestos de trabajo adicionales, generados directa y solamente por el sector carne. En términos de empleo indirecto el crecimiento será mayor, e incluso superará los niveles de empleos adicionales que podría generar un aumento similares en los niveles de producción industriales.

Medidas de Corto Plazo

1) Reapertura Inmediata y Total de las Exportaciones - Eliminación Total de las Retenciones

En el tema carnes, el Gobierno fue tomando una cadena de decisiones erradas que no hicieron sino potenciar la escalada de precios, y todo esto llevó a la última y más trágica decisión: la prohibición de las exportaciones de carne, que es casi un certificado de muerte para la industria ganadera y un foco directo de pobreza y desempleo para el país. Incluimos la reapertura de las exportaciones de carne como medida de corto plazo por dos motivos: en primer lugar, creemos que tan equivocada medida debe ser revisada de inmediato; y en segundo lugar porque debe darse en el cortísimo plazo una señal de mercado a inversores, productores y clientes externos, para no hacer más daño al sector y recuperar las perspectivas favorables que tenía el mismo antes que se desate la actual crisis.

Creemos que no puede hablarse de un Plan Ganadero sin, al menos, un horizonte claro de apertura de las exportaciones. Sin este elemento, todo lo que se discuta carecerá de razón de ser, y cualquier documento que pretenda llamarse “Plan Ganadero” y no incluya una definición en tal sentido no será más que una cortina de humo para tapar problemas de fondo que seguirán sin resolverse.

Para poder aplicar una medida como la aquí propuesta, tenemos una ventaja importante: los productos más demandados en el mercado interno no son los que tienen la mayor demanda de exportación. Cortes como el parrillero, el asado o el matambre históricamemente no son colocados en los mercados externos. Asimismo, el creciomiento de la exportación de cortes de alto precio deja los otros cortes disponibles para el mercado local y dan lugar a una forma de subsidio al consumo interno, sin con esto llevar a productores y frigoríficos a situaciones de pérdidas. Conjugada con otras medidas aquí propuestas, puede darse un horizonte claro de apertura de las exportaciones de carne sin nuevas presiones inflacionarias en el mercado interno.

Asimismo, y al tiempo que se recupera la normalidad en el plano del comercio exterior, deben eliminarse las retenciones a la exportación de carnes. Así lo sostuvimos en la campaña electoral del 2005, antes de la aftosa, del cierre de las exportaciones y del fracaso en el acuerdo de precios, y así lo sostenemos ahora. Las retenciones, si bien fueron entendibles en el contexto de la devaluación como forma de bloquear desequilibrios de precios y como un aporte solidario del agro a la crisis del país, son una medida económica excepcional y de emergencia, que no puede ser sostenida a lo largo del tiempo sin perjudicar capacidades productivas. Creemos que la imposición de nuevas retenciones a la exportación de carnes como medio para contrarrestar aumentos de precios es equivocada, ya que las mismas son contraproducentes porque llevan a una nueva baja de la producción ganadera, lo que disminuye las exportaciones pero tiene también un impacto inflacionario en el mercado interno.[2] En Junio de 2005 ya pedíamos desde el Ari que se eliminen las retenciones como forma de estimular la industria ganadera y contener el alza de precios. Instamos al Gobierno a que revea una postura evidentemente equivocada.

También preveemos como opción, aunque no se la preferida por este equipo, la posibilidad que las exportaciones se abran de inmediato pero que las retenciones se vayan bajando progresivamente. Por caso, puede llegarse a un esquema de retenciones que fomente que los cortes baratos se vuelquen al mercado interno, mientras que los demandados por el exterior puedan comenzar a ser exportados pero paguen derechos por cierto plazo. Si bien no es nuestra opción preferida, sería un avance aceptable dada la situación actual.

2) Rebaja del IVA y de Ingresos Brutos a la venta de carne

El Sistema Tributario Argentino presenta desfasajes tremendos y es altamente regresivo, por el alto componente de impuestos al consumo. Uno de ellos es el IVA que pagan los productos de la canasta básica, entre ellos la carne. Hoy en día un Estado con superávit cobra impuestos al consumo a los sectores más pobres de la población, mientras por otro lado subsidia trabajadores de frigoríficos que se quedan sin trabajo por la suspensión de las exportaciones de carne. El cuadro de situación no tiene ni pies ni cabeza. Nuestra propuesta es mucho más simple: abrir las exportaciones pero a la vez bajar los impuestos al consumo interno de la carne. Así se generará trabajo y se logrará además bajar los precios.

En este sentido, el Diputado Nacional Eduardo Macaluse, Presidente del Bloque ARI, ya ha presentado un proyecto que propone la rebaja del IVA para los productos de la canasta básica, incluida la carne. (Proyecto 1183-D-06)[3]

En paralelo, también proponemos que se elimine en las diversas Provincias el Impuesto Sobre los Ingresos Brutos a la venta minorista de carnes. Este impuesto al consumo es tan regresivo y prociclico como el IVA y también afecta a los sectores de menores ingresos de la población, a los que debemos aliviar de carga impositiva. El Diputado de la Ciudad del ARI Alejandro Rabinovich presentó un proyecto en este sentido (Proyecto 475-D-2006)

3) Eliminación del Registro de Exportaciones (ROE)

El Registro de Exportaciones fue una herramienta creada por el Gobierno de Kirchner para que el Ejecutivo tenga la capacidad de elegir quien puede exportar y quien no. Con el pretendido argumento de manejar los precios se abrió la puerta a una total discrecionalidad en el manejo del negocio de comercio exterior de carnes. Esto no sólo da lugar a la corrupción, sino que además limita toda perspectiva de inversión del sector privado. ¿Quién va a invertir y arriesgar su capital a futuro si sus ventas al exterior dependerán de la voluntad del funcionario de turno que deba autorizar los embarques? Propiciamos que la eliminación el Registro de Exportaciones (ROE) y dar marcha atrás con su implementación.

4) Comercialización por Cortes

El actual esquema de comercialización conlleva un encubierto subsidio al consumo de los cortes mas caros por parte de sectores no necesitados.

Debe disponerse la comercialización por cortes en lugar de la media res. Celebramos que finalmente el Gobierno haya, por una vez, escuchado a los actores del sector que desde hace años vienen reclamando este cambio, aunque hasta ahora esta medida no pasó del nivel de los anuncios. Si esta medida se logra implementar, no será un triunfo ni del gobierno ni de la oposición: será un logro del sector ganadero que, con insistencia y lamentablemente en la oportunidad de una profunda crisis, logró que las autoridades escuchen una medida inteligente.

La comercialización por cortes permite al carnicero pedir aquellos cortes que en su zona se comercializan más sin tener que absorber también los demás. Esto es importante, ya que al trabajar con la media res los precios de los cortes caros y los baratos tienden a compensarse en cada comercio, ya que es la única forma que el vendedor minorista tiene de obtener ganancias. El esquema así planteado es perverso: en los lugares pobres se pagan relativamente caros los cortes baratos mientras que en los lugares de mayor poder adquisitivo se pagan los cortes caros relativamente baratos, dando lugar a una especie de redistribución del ingreso perversa, de los que pobres a los ricos.

5) Eximir del Impuesto a la Renta Mínima Presunta a los lotes de producción ganadera de menos de 500 ha.

El Impuesto que tratamos en este punto es bastante cuestionable, tanto en su eficacia económica como en su legalidad. Sin entrar en esto, proponemos que se exima, al menos por el plazo de tres años hasta que se pueda replantear el esquema del impuesto, a los lotes de pequeños productores ganaderos que de menos de 500 hectáreas.

6) Disminución de Aportes al Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPVC)

Hoy se pagan aportes al IPVC para que se promocione la carne argentina en el exterior, con el declarado objetivo de abrir mercados. Mientras tanto, las exportaciones se cerraron por capricho presidencial. El contrasentido es palmario. Los aportes a esta entidad funcionan casi como otro impuesto, y en la línea de desgravaciones impositivas que proponemos para el sector, también sostenemos que deben disminuirse los aportes al mismo. Por otro lado, debe cumplirse con el compromiso original de rotar a las autoridades del mismo, para evitar que se perpetúen en los cargos y se frustre así el objetivo con el cuál el IPCV fue creado.

Políticas y Medidas de Mediano Plazo

1) Creación del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y profesionalización de sus estructuras.

Para tener políticas de Estado deben tenerse instituciones preparadas y con las capacidades tanto técnicas como políticas necesarias para afrontar tal desafío. Hoy la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación esta vaciada, carcomida por problemas internos y carente de conducción. Más allá del necesario relevo en la conducción de la misma, creemos que en sus niveles jerárquicos debe tenderse hacia una mayor profesionalidad de los cuadros técnicos, a través del establecimiento de un Sistema de Mérito en sus estructuras administrativas. Esto no es un ataque a la Secretaría, es un forma de fortalecer la misma, dotándola de los mejores Recursos Humanos, capaces a su vez de seguir las líneas de políticas que se les impartan desde una renovada conducción del organismo.

Pero por otro lado, amén de la imperiosa necesidad de cambiar la conducción, las políticas y las prácticas de la Secretaría, debe otorgársele otra entidad y darle un mayor nivel de visibilidad y de responsabilidad política. Necesitamos un Ministro de la Nación que se ocupe de la Planificación Estratégica de estos temas. Si se va a implementar un Plan Nacional para la Ganadería, como el que aquí proponemos, debe haber una instancia institucional relevante para sostenerlo y aplicarlo. Este Ministerio incorporaría a las actividades y estructuras de la Secretaría y otras dispersas, y contaría con las Secretarías de Ganadería, Agricultura, Pesca, Control Sanitario y Comercio Exterior.

2) Apoyo a productores – Líneas de Créditos Blandos

Más allá de anuncios coyunturales, deben instrumentarse de forma permanente líneas de créditos blandos para emprendimientos productivos ganaderos. Por ejemplo, es crucial el apoyo a la tenencia de hembras, a través de Créditos de Retención de Vientres[4], a fin de ir progresivamente aumentando el stock ganadero y la producción. En el mismo sentido deben facilitarse los créditos para incorporación de tecnología en la cadena productiva. Estos créditos también deben ser dirigidos a emprendimientos productivos innovadores, como las explotaciones mixtas, las haciendas que combinan agricultura y ganadería de cría y engorde, los avances en destete precoz, la agregación de valor alimentando a la hacienda con maíz y los feed-lots. Los bancos públicos del país han otorgado millones de pesos a frigoríficos insolventes que nunca devolverán ese dinero.[5] Bien podrían usarse esos fondos para destinarlos a incrementar la cantidad y calidad de la hacienda y los niveles de faena.

Pero hay que tener en cuenta que el mero anuncio de líneas de crédito no soluciona el problema. El Gobierno lanzó 300M en Enero y se apresta ahora a relanzarlos; pero en el contexto de las desquiciadas medidas que está tomando nadie se endeudará por mas accesibles que sena las condiciones. Las líneas de crédito deben estar acompañadas por políticas estables y claras e instituciones previsibles que las sostengan.

3) Competencia Leal y controles estatales

Para que la libre competencia de mercado de frutos beneficiosos socialmente debe ser limpia, desconcentrada, lo más sencilla posible y transparente. Esto no pasa en todos los eslabones de la cadena de la carne ni todos sus actores se comportan correctamente.

La competencia desleal no se limita al contrabando: existe faena clandestina, frigoríficos “truchos” y otros actores de la cadena actúan por fuera de la legalidad. Debe dejar de mirarse para otro lado y ejercer los controles estatales necesarios para blanquear el rodeo, controlar la faena clandestina, las rutas y en lo posible tender a centralizar las operaciones en los mercados de referencia como el de Liniers. Asimismo, deben controlarse las diferentes instancias de la cadena y tender a mecanismos de comercialización que estructuralmente sean lo más simples posible, evitando niveles de intermediación que en algunos casos no son compatibles con la competencia libre ni con la protección tanto de los pequeños productores como del consumidor final de las maniobras de algunos actores con mayor poder de arbitraje.

4) Fortalecimiento, Profesionalización y Financiamiento para el SENASA

Sin un organismo sanitario fuerte no hay política de largo plazo viable para el sector. Lejos de esto, el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), el organismo de contralor técnico que está llamado a fiscalizar la sanidad de los animales y las plantas procesadoras de la cadena cárnica ha pasado en los últimos años por constantes crisis. Hoy, el SENASA está ausente.

Los problemas en el SENASA no son nuevos. El Ari los denunció en Junio de 2005, 8 meses antes que reaparezca la aftosa en corrientes en Febrero de 2006. Tener profesionales de alta capacitación con sueldos magros deja la puerta abierta a la corrupción y la discrecionalidad. El financiamiento del SENASA se basa primordialmente en las tasas pagadas por los privados, sin contar con aportes del Tesoro Nacional, lo que muestra que el Estado lo deja prácticamente librado a su suerte. Pero no son sólo sospechas de corrupción: es un secreto a voces que el SENASA prácticamente no controlaría a las plantas del interior y que las inspecciones ya se vuelven más laxas a pocos kilómetros de la Capital Federal. Así, un cóctel de salarios y bajo presupuesto, posibilidades de corrupción y liviandad en los controles nos llevan a tener un organismo que pierde calidad en su rol y ve sumamente desvirtuado el mismo; perdiéndose así calidad – y en muchos casos también sanidad – de la producción argentina de carne.

Proponemos, en primer lugar, el fortalecimiento financiero del SENASA con fondos del presupuesto nacional acordes a las necesidades operativas del mismo. Asimismo, sostenemos que la conducción del SENASA debe ser elegida por concurso y sus cuadros técnicos cubiertos por la estricta aplicación del sistema de mérito, de forma tal de construir un organismo ajeno a los vaivenes políticos y que tenga una alta capacidad y compromiso con el desarrollo de sus tareas, y que cuente con el personal y los recursos necesarios para llevarlas a cabo.

5) La Necesidad de un Mercado Concentrador – Traslado del Mercado de Liniers en Julio de 2007 a San Vicente

Hoy el Gobierno Nacional ataca al Mercado de Liniers y a los consignatarios de hacienda casi como un apriete, pero la verdad es que el ataque al Mercado no soluciona ninguno de los problemas por los que pasa la cadena de carnes hoy en día. El Mercado de Liniers es un “espejo” de la situación de los negocios agropecuarios. Agrupa 35.000 clientes, y por el pasa el 90% de la Hacienda de las Provincias de Buenos Aires y La Pampa. En un negocio donde la venta ilegal, el tráfico transfronterizo, la subfacturación y la faena clandestina son males comunes, la desaparición de Liniers no haría más que aumentar los niveles de ilegalidad del Sector. Esto no es defender a los consignatarios, sino que es una realidad de la estructura del negocio. Lo ideal para fomentar la transparencia es establecer incentivos para que la mayor cantidad de productores y consignatarios hagan sus negocios a través de los mercados concentradores –de Buenos Aires o los del interior-, de forma de asegurar transparencia comercial, competencia y el pago de los impuestos correspondientes. Proponemos si que se instalen en el mercado de referencia las autoridades de Defensa de la Competencia, como la hacen las de Agricultura y Ganadería, para despejar todo tipo de dudas.

Liniers da, a través de la oferta y demanda que se obtiene de los remates públicos, un precio de referencia para toda la cadena. El precio de referencia es crucial: tenerlo es un reaseguro para pequeños productores sin capacidad de negociación que su producto no será pagado a valores menores que los de mercado por aquellos actores de la cadena con más poder de negociación. Sin precio de referencia los productores están indefensos.

Si se hubiera aceptara la propuesta del Gobierno de “sacar a los empujones” al Mercado de Liniers de la Capital, los frigoríficos verían su poder de negociación incrementado ante productores y consignatarios. Por otra parte, a los pequeños productores que muchas veces entre varios comparten el envío de jaulas a Buenos Aires poniendo unos pocos animales cada uno, quedarían con el acceso vedado a los grandes centros urbanos. Solo podrían haber comerciar aquellos ganaderos que por su escala de producción tengan una mejor posición relativa de negociación. Hoy el cierre de Liniers inmediato y sin un traslado ordenado perjudica más a los más pequeños, no sirve para bajar el precio de la carne y lo único que va a apuntalar es el mercado en negro. La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires ha votado el el plazo por nosotros propuesto, con condición de cumplimiento de obras, evitando así un perjudicial traslado desordenado.

6) Mayor control de las firmas frigoríficas

El Estado no puede permitir que una firma que desaparece vuelva “reconvertida” bajo el velo de una nueva sociedad, cuando quizás sus propietarios son los mismos y han dejado en el mercado deudas con otros actores e incluso con el sector público. Desde el Gobierno pueden tomarse medidas para evitar este tipo de situaciones, como las citadas de exigir determinada solvencia para adjudicar cupos –o incluso para habilitar plantas- o quitar la licencia a aquellas plantas que incumplen las condiciones de sanidad de sus exportaciones; tendientes a evitar que frigoríficos “fantasmas” se multipliquen y sigan haciendo daño a la industria de la carne.

Políticas Estratégicas de Largo Plazo

1) Baja de impuestos al Consumo + Retenciones Cero

Estas medidas las hemos enunciado como de corto plazo, ya que deben ser tomadas en lo inmediato. Ahora bien, queremos que se nos entienda: este haz de propuestas, en donde se reabren los mercados externos con retenciones cero y se eliminan los impuestos internos al consumo de carnes, implica un completo nuevo paradigma para el sector ganadero. Es una verdadera política productiva, de incentivo a la producción, a la exportación y al consumo interno a precios razonables. Estas medidas deben tomarse ya, pero tienen efectos profundos y duraderos: dan una clara señal acerca de hacia donde va el negocio y de la prioridad que el Estado le da al desarrollo de la oferta y la producción. Esto es en verdad un modelo productivo, y no como el del Gobierno de Kirchner, que cierra las exportaciones, subsidia operarios frigoríficos que pierden su trabajo y cobra 10.5% de IVA a todos los consumidores que consumen carne.

2) Estabilidad en las Reglas de Juego

Ningún modelo productivo puede sostenerse en la esquizofrenia de medidas en que se desenvuelve el actual gobierno. Los impuestos, amén de justos, deben mantenerse en el tiempo: no puede cambiarse el esquema tributario cada dos años, no hay proyecto de inversión alguno viable en tal contexto. La estabilidad y previsibilidad de las normas impositivas y de comercio exterior es así tanto un aliciente poderoso para la inversión como un freno a la discrecionalidad del poder ejecutivo, discrecionalidad que en los temas aquí tratados hemos visto reaparecer una y otra vez.

3) Subsidios Especiales para productores de zonas marginales que incorporen mejoras y diversifiquen la producción

La política de subsidios no debe ser de una liberalidad que de lugar a abusos y groseras fallas de mercado, pero hay ciertos objetivos de un Plan Productivo Ganadero que para ser alcanzados deben contar con incentivos adecuados. En particular, deben otorgarse subsidios por cabeza de hacienda comerciada –siempre según las particularidades del caso- a los productores de zonas marginales (Patagonia, La Rioja y Catamarca), a los productores que aumenten en más del 10% sus cabezas de porcinos y caprinos, a los productores de retengan hembras, a los productores que incorporen técnicas de engorde y vayan logrando incrementos sostenido en el peso de sus animales, a los productores que inviertan en aguadas, corrales, pasturas, forraje y fertilización, y a los que utilicen intensivamente el maíz como forma de agregar valor a la producción de proteína animal.

4) La Tierra para los productores argentinos

Propiciamos una política de tierras para los productores argentinos: en consonancia con lo propuesto por el Frente Agropecuario Nacional, debe reivindicarse históricamente a los cientos de miles de productores agropecuarios e integrantes de comunidades del interior descendientes de primera, segunda y tercera ocupación. En concreto debe tenderse a suspender todas las acciones de desalojo contra pobladores individuales, familias de productores y comunidades ocupantes legítimos de tierras.

5) Negociación Externa

Debe tenerse una política comercial externa coherente: si pedimos que nos abran los mercados del mundo, debemos tener nuestras exportaciones con retenciones cero y ser un proveedor confiable. Nada de esto ha hecho el Gobierno de Kirchner. Además de recuperar los importantes mercados ruso y chileno, perdidos con las últimas medidas, deben retomarse las negociaciones para la apertura del mercado americano. Por su parte, con Europa debe avanzarse hacia un acuerdo en donde la Cuota Hilton no sea el paradigma: proponemos un esquema de comercio lo más libre posible, en donde el gobierno no intervenga para decidir quienes exportan. El mal de la Vaca Loca (BSE) y los bajos niveles de producción cárnica de Estados Unidos y la UE hacen que estas posibilidades no sean una quimera. Pero para aprovech


[1] Sin pretender hacer un análisis exhaustivo de la situación económica internacional, resaltamos como claves para el contexto en el cual enmarcamos este Plan Productivo las presión al alza sobre el precio de las materias primas en general y los alimentos en particular que está ejerciendo el crecimiento de los países asiáticos. China e India, en particular, se muestran con un alto dinamismo, lo cual hace que crecientes porcentajes de sus millonarias poblaciones comiencen a demandar bienes tales como la carne, configurando una oportunidad estratégica crucial que, la menos hoy en día, se presenta como algo más duradero que una mera coyuntura favorable.

[2] En el mismo sentido se expresa Héctor Ordóñez, director de los Programas de Posgrado de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA, quien sostiene que “deben eliminarse las retenciones y de esa manera superar un diseño perverso que atenta contra la mejora continua de la productividad sistémica del agro y los alimentos, clave de la competitividad de la Nación.” Ordoñez, Héctor. “Re-pensar las retenciones”, Clarín Rural, 15 de Mayo de 2004, pag 20.

[3] En los fundamentos del Proyecto, y en referencia al costo fiscal, se afirma que “dada la obtención de un superávit fiscal ampliamente superior al previsto en el presupuesto vigente, el Estado se encuentra en capacidad de asumir el costo fiscal de la medida.

[4] Condiciones tentativas para estos créditos –a analizar y estudiar para casos particulares- podrían estar cercanas a los 10 años de plazo y una tasa subsidiada del 5,5%.

[5] Informe de Cuota Hilton, op.cit.

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