lunes, 8 de diciembre de 2008

Longoni: "Anuncios que no alcanzan para calmar el mal humor del campo"

Las principales actividades atraviesan un escenario de escasa o nula rentabilidad. Los productores reclaman iniciativas más profundas.

Soja: La reina perdió la sonrisa

La Argentina volverá a llenarse de soja en 2009. Debido al retroceso del maíz y el trigo, el cultivo ocupará 18 millones de hectáreas, un 10% más que en 2008. Aunque los valores del poroto retrocedieron a la mitad en pocos meses y ya se ubican por debajo de los U$S 300 dólares, la soja es la única opción que tienen los productores para evitar pérdidas: ya no ofrecerá la alta renta de los últimos años, pero al menos permitirá un empate a quienes cultiven su tierra. La excepción es la gran cantidad de arrendatarios, que siembran 50/60% de la superficie. Por eso persiste el reclamo para que le bajen las retenciones.

Cereales: Una medida sin impacto

La anunciada rebaja de las retenciones al maíz y el trigo, del 5% en ambos casos, no tendrá mayor impacto en las cuentas de los productores, al menos en el corto plazo. El descuento llegó cuando ya se jugaron las cartas para 2009. El trigo ya se levanta y no habrá más de 10 millones de toneladas, un 40% menos. Y ya se sembró un 80% del maíz, con un fuerte retroceso del 20% en el área. La sequía tuvo parte de la culpa, pero la falta de rentabilidad también pesó. Según el INTA Pergamino, aún con la rebaja impositiva, todos los números esperables serán negativos. Adicionalmente, la rebaja de 5% no se tradujo en los precios cobrados por los productores, debido a que la fuerte baja de los precios externos licuó cualquier posible mejoría. En Rosario, el trigo ya vale 38% menos que en igual mes de 2008. Y el maíz, un 24% menos.

Leche: Un acuerdo que no se cumplió

A fines de octubre, Cristina Kirchner firmó con parte del sector lácteo un acuerdo que, entre otras medidas, garantizaría a los tamberos el pago de 1 peso por litro de leche cruda hasta diciembre. Ese valor --menos de 30 centavos de dólar, un valor históricamente bajo--, jamás llegó a manos de los productores, que cobraron el mes pasado entre 0,70 y 0,90 pesos, según la zona. Para colmo, a partir del acuerdo comenzaron a atrasarse los pagos. La demora llega hasta los 20 días.
La fuerte baja de los precios internacionales de la leche (de casi 40%) y las trabas del Gobierno a la exportación de quesos generaron un sobrestock en el mercado doméstico, que dificulta una recuperación de los precios.

Carne: Señales de retroceso

En diciembre de 2007, el kilo vivo de novillo en el Mercado de Liniers cotizaba a 2,90 pesos. En lo que va de este mes, ese mismo valor descendió hasta 2,40 pesos. Es decir que los ingresos de los ganaderos cayeron casi 20% en un año en el que la inflación fue de otro tanto y los precios de los insumos dolarizados treparon mucho más, cerca del 60%. La persistencia de esta situación define un sector en crisis, que ya lleva más de 20 meses liquidando vientres, en una inequívoca señal de achicamiento. Las trabas a la exportación desde 2006 y la novedosa exigencia a los frigoríficos para que mantengan llenas sus cámaras antes de vender al exterior tuvieron como consecuencia un abarrotamiento de la oferta de carne en el mercado interno, justo en momentos en que los precios internacionales bajaron a la mitad y ha cesado casi por completo la demanda.

Por Matías Longoni, Diario Clarín, Lunes 8 de Diciembre de 2008.-

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