viernes, 30 de enero de 2009

Intendente de Rivadavia pide que recen para que llueva


El intendente del partido bonaerense de Rivadavia, Sergio Buil (Coalición Cívica) solicitó a la población que rece para que llueva durante los próximos días y se termine la sequía en una región que aportó unos 75 millones de pesos por retenciones a las exportaciones granarias en 2007.

El contador Buil pidió "oraciones" para que "caigan lluvias" durante los próximos días para aliviar las consecuencias de la sequía que se ve en los campos amarillentos y en el cultivo de maíz "entregado" para la cosecha un mes antes.

"Necesitamos que llueva este fin de semana para aliviar al menos un poco la situación; corremos serios riesgos de obtener muy bajos rindes y estamos muy preocupados ante esta posibilidad", expreso en declaraciones periodísticas durante su período de licencia.

Buil sabe que a su regreso al frente del cargo encontrará que "la preocupación de la población va en aumento en las últimas semanas por la falta de lluvias".

Además sabe que "existe mucha incertidumbre sobre lo que sucederá cuando la rentabilidad de buena parte de la población se vea resentida al término de las cosechas".

Por este motivo pidió a la población que "rece" por buenas lluvias.

"Si bien sabemos que nos encontramos mejor que en otras zonas, estamos muy por debajo del nivel normal de precipitaciones", sostuvo.

Al igual que en otros pueblos del interior donde inclusive peligra la cadena de pagos, en Rivadavia cayó la respuesta impositiva en los últimos meses: no se realizó ni el 10 por ciento del pago de la tasa vial.

"La paralización del sector agropecuario se siente muy fuerte en el resto de las actividades económicas: si el campo no funciona es muy difícil que el resto de los sectores puedan obtener rentabilidad", señaló Buil.

Ubicado en el oeste de la provincia de Buenos Aires, en el partido viven unas 17 mil personas.

Buil lleva adelante su tercer período como intendente de la Municipalidad de Rivadavia ya que en 1999 asumió por la Alianza UCR-Frepaso y fue reelecto en los años 2003 y 2007.

El presupuesto total del municipio es de 45 millones de pesos, sin embargo los cálculos por retenciones a las exportaciones granarias, indicaron que el partido aportó unos 75 millones de pesos.

martes, 27 de enero de 2009

Prat Gay: "Con los anuncios el gobierno no atiende el desastre en el interior"


Por Alfonso Prat Gay, Jefe de los Equipos Técnicos de la Coalición Cívica.




Con la emergencia agropecuaria, el gobierno repite el libreto ya conocido: el de anunciar por los medios mucho más de lo que después instrumenta en la práctica.

Los alivios impositivos anunciados ayer lejos están de atender la situación de desastre económico y social que afecta a buena parte del interior del país producto de la sequía más intensa de los últimos 50 años. El productor que perdió más de la mitad de su cosecha, y que paga retenciones obscenas por el resto, tiene pérdidas, no ganancias. En la práctica, el alivio fiscal no llega ni al 10% de la estimación del jefe de gabinete y es claramente insuficiente para atender la emergencia. Por la sequía y las trabas administrativas en contra del sector, quedarán muchos campos sin sembrar, va a faltar carne gorda y caerá la cadena de pagos en muchos distritos del interior.

Están en riesgo miles de puestos de trabajo y lo seguirán estando hasta que el gobierno no comprenda que urge una baja generalizada de impuestos como la que promueve la Coalición Cívica ($40.000 millones en 2009, entre baja de retenciones, IVA, impuesto al cheque y aportes patronales).

Eso sí, el gobierno acaba de otorgarle una exención impositiva de más de $1.000 millones a los bancos que participen del canje de préstamos garantizados, prorrogándoles el impuesto a las ganancias correspondiente hasta el 2014. La presidente omitió decir ayer que el esfuerzo que hacen todos los argentinos es mayor para aliviar financieramente al gobierno que para atender la necesidad real del interior. Este gobierno “progresista” privilegia, una vez más, a sus acreedores por sobre los trabajadores.

lunes, 26 de enero de 2009

Sequia y Crisis Agropecuaria

Marco General


El mundo sigue presentando para nuestros productos agroindustriales una oportunidad estratégica de desarrollo. Si bien no estamos ante una etapa de precios record, hay condiciones estructurales de oferta y demanda que mantendrán los precios internacionales por encima de sus promedios históricos, aun con fluctuaciones por la crisis financiera internacional.


Pero en Argentina todas las producciones agropecuarias están retrocediendo: el marco es de caída de la producción total, de la inversión, de las exportaciones e incluso en los niveles de la productividad. En varios rubros la rentabilidad es cero o negativa y estamos en situación de quebranto. Hay sectores en los que las consecuencias de esta situación ya ahora implican daños en la estructura productiva que tardarán años que en revertirse.


Estamos desperdiciando buena parte de la oportunidad que ofrece el mundo. Ya se ha perdido la confianza externa y mercados para nuestros productos (Rusia), y ya hemos perdido en términos relativos posicionamiento ante nuestros competidores (Uruguay y Brasil). Si bien la situación se puede revertir y paliar, buena parte de la oportunidad histórica se ha perdido y el daño ya se ha hecho.


Los dos grandes números de las crisis agropecuarios son las 500.000 cabezas de ganado que hemos perdido y la caída de alrededor de 20 millones de toneladas de granos que se espera para la actual campaña.


Sequía

El último año llovió prácticamente la mitad de lo habitual en todo el país, en relación a los promedios históricos, y en las regiones centrales del país hasta un 60% menos de lo normal. La sequía que estamos enfrentando es peor que la sufrida en agosto y septiembre del año pasado, lo poco que llovió luego de la segunda mitad de septiembre apenas alcanzo para iniciar la siembra, pero sobre fin de año se volvió a agravar el faltante hídrico.

Algunas estimaciones calculan una caída a merma general en materia de cosecha del orden de las 20 millones de toneladas, llegando a un total de unas 80/78 millones de toneladas. La sequía esta afectado todo el país, particularmente, el Norte de Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ríos, el Sudoeste Bonaerense y buena parte de la Zona Núcleo pampeana.


Situación de los Diferentes Cultivos


Trigo: La cosecha es la peor en 20 años, con una caída cercana al 50% respecto del promedio histórico, apenas alcanzando para cubrir la demanda interna y dejando a Argentina prácticamente fuera del mercado exportador de trigo. El volumen final se ubica en torno a las 8.5 millones de toneladas, cuado en 2007 superó los 16 millones e históricamente rondó los 15 millones. Fue muy fuerte la caída de rendimientos en todo el país, siendo particularmente grave la situación en el sudoeste bonaerense.

Las medidas e intervenciones del gobierno en el mercado generaron una diferencia aproximada del 40% entre el precio internacionales del maíz y lo que recibe el productor (es el doble de la retención legalmente vigente)

Maíz: La rentabilidad del maíz, con la suba de insumos y la baja de precios, es prácticamente nula. La situación del cultivo es mala con excepción de las cuencas maiceras de Córdoba, San Luis y algunas áreas del oeste bonaerense y sur de Santa Fe. Acercándose al final de la siembra, la caída de producción hasta ahora es cercana al 30 % ( de 22 a 14 M de tn.).


Girasol: La sequía ha afectado gravemente a este cultivo en Chaco, Entre Ríos y Buenos Aires. Como en el caso del trigo, se verifican fuertes caídas en los rindes promedio. La cosecha está prácticamente terminada.


Soja: La caída en la producción total, entre menores has. sembradas y baja de productividad, podría llegar a ser superior al 20%. Por la falta de lluvias de lo que va del año 2009 no se ha podido completar la siembra. Falta aún cubrir un 10% de la campaña, la caída final de la misma sojera dependerá de las precipitaciones de lo que resta del verano. Ha caída mucho la rentabilidad de la soja, y aunque aún sigue negocio, ya no permite que los productores compensen con la ganancia de la soja los demás cultivos y la ganaderia.


Ganadería y Lácteos


Los productores ganaderos y tamberos están perdiendo dinero. Ya se ve la baja en la producción, y los que siguen en el negocio están poniendo dinero para no desaparecer. Por ejemplo y en promedio, los ganaderos del norte del país tienen una pérdida promedio por animal de entre 100 y 150 $.


La importación de carne para consumo interno ya es unhecho en algunas localidades del interior (por diferencia de precios con Uruguay y Brasil) y es un horizonte ineludible de aquí a dos años. Aun con fuertes e inmediatos cambios en las actuales políticas y condiciones, revertir el proceso de liquidación de vientres y stock y de salida del negocio sería muy difícil. Volver a la oportunidad de marzo de 2006 en lo que a la producción ganadera y láctea se refiere (cuando se cierran las exportaciones de carne), parece, hoy, imposible.


En el tema ganadero y lácteo, por razones productividad y de reproducción obvias, la falta de inversión, la actual baja de producción y productividad debido a la sequía y la liquidación de vientres, son datos muy graves que generan pérdidas concretas actuales y a futuro. Son los productores más chicos, como siempre, los que más lo sufren. Estamos al borde de no tener más “pequeños” productores de carne de menos de 1000 cabezas

Lacteos – 1$ por litro: El acuerdo de un peso por litro nunca se cumplió. Apenas a días de anunciado, se pagaba a los productores entre 0.7$ y 0.8$ pesos por litro. Las grandes empresas del sector realizaban la mitad de la compra al precio oficial y la otra mitad en negro a 0,6$, llegando como promedio a un precio real del litro de alrededor de 0.8S$.


Los Anuncios del Gobierno


  • De los fondos anunciados por el gobierno para la sequía durante 2007, no llego prácticamente nada a los productores. Además de ser anuncios para la prensa, hay severas fallas de gestión y deficiencias institucionales en los organismos involucrados que hacen pensar que nuevos anuncios referidos a mayores fondos para los afectados a la sequía tampoco llegarán a los supuestos beneficiarios. Como ya propusimos, además, debe haber un fondo permanente para la emergencia agropecuaria, y no buscar en la coyuntura con que partidas se puede enfrentar la situación.

  • Las rebajas a las retenciones a los granos anunciadas son ínfimas y no modifican la ecuación económica y productiva de lo actores.

  • Los anuncios de rebaja de retenciones contra aumentos de producción totales (“Maíz Plus” y “Trigo Plus”) carecen de sentido en marco de fuerte contracción del área sembrada y la producción como el que estamos enfrentando.

  • Alentar créditos para compra de maquinaria, en un contexto claro de retracción de inversión y caída de producción, tampoco tendrá efecto.

  • Sobre los feed – lot estatales para ternero overo, todos coinciden en que nunca pasará del mero anuncio.

  • No alcanza con declarar la emergencia agropecuaria. Los productores necesitan de inmediato fondos y dinero para reponer sus cultivos y sus producciones para la próxima campaña. Son miles los dueños que campos alquilados que, caídos sus contratos por las nuevas condiciones, no tiene capacidad para retomar la producción por si mismos. La descapitalización del productor va a hacer que la campaña próxima no haya recursos financieros para encarar la próxima siembra de pasturas, verdeos y agricultura. Por lo tanto la baja de produción de esta campaña se va a "arrastrar" irremediablemente a la próxima. De no contar con dichos recursos para muchos de ellos la salida del negocio es ineludible y el daño al aparato productivo del país será aún mayor.

Documento de resumen y difusión elaborado por los Equipos Técnicos de la Coalición Cívica.

lunes, 19 de enero de 2009

La sequía se profundiza y los daños se sentirán por años


Nota de Matías Longoni, Diario Clarín, Domingo 18 de Enero de 2008.

La pérdida de cosecha costará $ 30.000 millones. Calculan que murieron casi medio millón de vacas. Habrá menos plata en el Estado y en amplios sectores. La falta de lluvias seguirá todo el año.


Todo es amargura: la intensa sequía que padece buena parte del interior del país arrasa con la producción de un campo que venía dulce. Mario Llambías, el presidente de CRA y uno de los referentes de la Mesa de Enlace, utiliza el ejemplo de la miel para mostrar los daños provocados por la escasez de lluvias. Dice que en algunas zonas, las colmenas que producían 25 kilos al año ahora están ofreciendo de 5 a 7 kilos. Las abejas padecen lo mismo que los vacunos, los lanares y los cultivos. Lo mismo que la economía sufre y sufrirá. Ya se están estimando pérdidas que no bajan de los 15.000 millones de pesos, y que podrían duplicarse si San Pedro no abre rápido una canilla. Lo seguro, es que las consecuencias se sentirán por al menos dos años, eso si no se agravan.

Desde hace mucho tiempo que un fenómeno climático no alteraba las grandes cuentas nacionales. Esta seca, la peor en medio siglo, dejará su huella en el PBI y en otras variables. La agricultura y la ganadería, explican casi el 10% del producto bruto interno. Pero tienen ramificaciones hacia toda la economía.

La cosecha 2008/09 ingresó en tiempo de descuento. Aunque restan sembrar algunos lotes de soja, los analistas descartan un fuerte recorte desde el récord del año pasado, cuando se produjeron 95 millones de toneladas de granos. Según el prónostico más optimista, quedarán en el camino 10 millones de toneladas. Los moderados hablan de 20 millones. Y los pesimistas, de 30 millones. Las pérdidas por la caída de las exportaciones agrícolas podrían ir de 3.000 a 9.000 millones de dólares. Y es sólo el comienzo.

Gustavo López, consultor de Agritrend, suele formar parte del grupo de expertos que ven el vaso más lleno que vacío. Pero acaba de volver de una recorrida por los campos y lanza el peor pronóstico. Calcula que la cosecha argentina se reducirá un 20% esta campaña y será de 78,25 millones de toneladas. Hasta la soja, principal adalid de la economía argentina, mostrará un retroceso del 7%.

Entre quienes conservan algo de optimismo está Paulina Lezcano, analista de Agropuerto. Aún así, da por descontado un retroceso de la cosecha cercano a las 10 millones de toneladas. Con el trigo y el maíz en retroceso, evalúa que la soja todavía puede salvar las papas. Pero aclara: "Todo puede empeorar si no hay lluvias en estas semanas".

Pero las esperanzas climáticas son escasas. Los expertos hablan del inicio de un ciclo seco que puede durar años. Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, sostiene que llegarán algunas lluvias entre febrero y marzo, pero que la sequía volverá en abril. Es más: dice que para la temporada 2009-2010 "los datos apuntan a un nuevo desarrollo de La Niña", como llaman al fenómeno climático de estos meses, producto del enfriamiento del Océano Pacífico y la disminución, en consecuencia, de la humedad en la región.

La falta de agua sumó sus garras a las de otras dos fuertes bestias que atacaron al campo: la fuerte baja de precios del último semestre y la pésima relación entre el campo y el Gobierno, que aún cuando llovía causaba desaliento entre los chacareros. Pero la sequía es ya el peor de los enemigos. Juan Cruz Rey Kelly, economista de CRA, calculó que las pérdidas totales llegarán a 29 millones de toneladas. De ellas, 14 millones corresponden a lo que denominó "el factor político". A la cuenta de la sequía cargó 15 millones.

"Las pérdidas que las economías del interior resignan para la presente campaña rondan ya U$S 7.800 millones, mientras que el Estado deja de percibir unos U$S 2.340 millones por una menor recaudación por retenciones", apuntó Rey Kelly.

Que el daño ha sido el más grave queda en evidencia con otro dato: la superficie sembrada cayó un 10%, en cerca de 3 millones de hectáreas, pero por el retroceso de los rendimientos de los cultivos la caída de la producción sería del doble, cercana al 20%.

Andrés Sipowicz, gerente de Información del estatal INTA, confirma el panorama. "Todo lo que crece y necesita agua se ve afectado por la sequía. En Pergamino, donde el maíz rinde de 8.000 a 9.000 kilos (por hectárea), este año va a rendir 4.000 a 4.500 kilos". La mayor preocupación de Sipowicz es el tendal que quedará. "El daño es sobre toda la cadena. ¿Cómo se compensa al chofer del camión, al mecánico, a la fábrica que vende cubiertas?", se pregunta.

Para medir algunos de estos efectos, el Movimiento CREA, que agrupa a los productores más tecnificados del país, puso la lupa sobre una de las regiones más castigadas por la seca, el norte santafesino. En el Departamento 9 de Julio, los productores arrancaron la campaña agrícola con una ingreso proyectado de U$S 656 por hectárea. Hoy, no pueden aspirar a más 224 dólares. La caída es bestial, del 66%. "El productor recibirá un tercio de lo que esperaba. Nos está costando sostenerlos emocionalmente", señaló Ricki Negri, economista de esa entidad.

Si la cosecha se hubiese mantenido en torno a los 90 millones de toneladas, los productores habrían facturado unos U$S 20.000 millones. Pero los ingresos caerán en picada en cualquiera de los tres escenarios posibles, es decir si el volumen de producción retrocede 10, 20 o 30 millones de toneladas.

Como dijo Sipowicz, del INTA, no es el productor el único que pierde. En el escenario intermedio y más probable, los transportistas se perderían de realizar 938.000 viajes de camión, los contratistas dejarían de cobrar U$S 894 millones por menor tarea de cosecha, y la cadena comercial perdería comisiones por U$S 190 millones.

No existe una cifra oficial respecto de las pérdidas que la sequía provocó al sector ganadero. Pero los datos sobre mortandad de animales hablan de pérdidas que van desde las 250.000 al medio millón cabezas. Un informe de CRA avisa que los daños no son exclusivos de la ganadería bovina. "En Chubut se perdieron 1 millón de ovejas -sobre un stock de 4,5 millones- y se produjo una caída del 30% de la producción de lana", señala. Un conteo de la cantidad de vacas que han muerto por la falta de agua y de forraje recién podrá hacerse cuando concluya la campaña de vacunación contra la fiebre aftosa, a mediados de año. Si fuese medio millón, representaría el 1% del rodeo nacional. Pero a unos 400 pesos por animal, la pérdida sería de otros 200 millones de pesos.

"Los daños a la ganadería no pueden calcularse solamente por el número de vacunos muertos. El tema es más complejo y tardaremos meses es saber cuál ha sido el impacto de la sequía en el sector", advirtió un técnico del INTA. Según el profesional, la verdadera dimensión del desastre debe contemplar la pérdida de kilaje de los animales mal alimentados (en definitiva, habrá menos carne) y, especialmente, el impacto de la seca sobre la llamada tasa de procreo. Esto es: cómo afectará la falta de pastos los nacimientos de terneros del próximo invierno.

En las provincias del Norte, por ejemplo, se encuentra el 45% del stock bovino. Allí, la tasa de preñez de las vacas supera apenas el 50% (es decir, por cada 100 vacas nacen algo más de 50 terneros). La falta de alimentación adecuada que están sufriendo hoy esos animales, podria hacer retroceder de 10 a 20% el número de vacas preñadas. Así, a futuro, las pérdidas prometen ser mucho mayores.

Negri, de AACREA, suma otra columna en el debe. Advierte que muchos productores, para evitar que sus animales mueran de inanición, están vendiéndolos a valores irrisorios, unos 150 pesos en al caso de las vacas. Todo suma al millonario lucro cesante que padecerá la ganadería y el país.

domingo, 11 de enero de 2009

Dip.Franciso Ferro: "Por una bicameral que fije las retenciones"


Diputado Nacional Francisco Ferro, Coalición Cívica, columna de opinión publicada en el Diario CLARIN el 10 de Enero de 2009




Oriundo de Saladillo, cuya principal actividad económica es la agropecuaria, como todos los partidos del interior bonaerense, integro la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados. Mi familia lleva tres generaciones en la actividad, prolongada en mis hijos, y me propuse representar a los actores del proceso productivo. Tengo muy claro que el sector agroalimentario, por su potencialidad en recursos naturales, humanos, tecnológicos, entre otros, está en condiciones de ser la locomotora que conduzca al país a la estación del desarrollo económico con equidad. Y debe arrastrar a un tren donde viajen todos los argentinos, compatibilizando el interés sectorial y el general. Es posible. Se trata del arte de la política.Entre las iniciativas que atestiguan mi compromiso, destaco las referidas a la cadena cárnica, con toda una política para el sector que incluye promoción de la cría, recría y engorde, pautas de comercialización interna y externa, presupuestos mínimos de status sanitarios únicos para la industria frigorífica, entre otros aspectos. A las erradas y nefastas medidas adoptadas por el gobierno nacional para con la ganadería, que han colocado al borde de la quiebra a los productores -expresada en una liquidación de vientres sin precedentes-, contraponemos reglas de juego claras y de largo plazo, que compatibilizan necesidades del mercado interno y oportunidad del mercado externo. No deben contraponerse sino complementarse, para beneficio de ambos.


Ya en 2006 propuse que se dedujera del impuesto a las ganancias parte de lo que cada productor invertía en fertilizantes; luego esta idea fue hecha propia por algunos senadores en el debate por la resolución 125. Coinciden legisladores de diversas fuerzas políticas, incluso del oficialismo. Hay que ayudarles a vencer las resistencias en el Poder Ejecutivo para consagrar esta iniciativa.Para concluir, en 2008 pedí que el Congreso de la Nación retome las facultades de fijar los derechos de importación y exportación (retenciones), tal como lo consagra la Constitución, acabando con la delegación que se hizo en el Poder Ejecutivo a través del Código Aduanero, creando una comisión bicameral permanente que se aboque periódicamente a ello y proponiendo para la actual situación de precios y costos, eliminar retenciones para carnes, leche y economías regionales y una reducción de 10 puntos para soja, maíz, girasol y 18 para trigo. En un proceso gradual, porque las retenciones son un tributo distorsivo, regresivo e inequitativo que castiga más a quien más produce, a los de menor escala, de tierras menos aptas, más alejados de los puertos o centros de consumo.


En el último año llovió menos de la mitad que lo habitual en todo el país


Por: Gabriel Giubellino , Diario CLARIN; 11 de Enero de 2009


La sequía azotó a gran parte del país el año pasado. Las lluvias en el año 2008 fueron muy deficitarias, en términos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en comparación con lo "normal", los valores medios del período 1961-1970. Varios lugares recibieron precipitaciones un 40% por debajo del promedio y, en casos extremos, más cerca del 60%. Algunos fueron los registros más bajos de los últimos 47 años.Estos son algunos resultados del Informe sobre Precipitaciones en Zona Húmeda y Semi-húmeda, realizada por el Departamento de Climatología del SMN del Ministerio de Defensa."Uno ve el agua baja en el río Paraná, los incendios en las autopistas y ese tipo de eventos y no se las asocia a la sequía. Pero pensemos que cuando un auto sale de una ruta, apenas con el calor del caño de escape y unas chispas puede desatar un incendio. La sequía afectan a nuestra producción, porque somos un país agrícolo- ganadero, por eso es importante también", dice Héctor Ciappesoni, doctor en Ciencias Meteorológicas y director del SMN.San Pedro, Reconquista y Ceres ocupan el podio en la tabla que mide la escasez de la lluvia acumulada. Todas muy abajo de la media histórica, más del 50% abajo. Muy cerca de ellas, Resistencia (-47,4%), Tandil (-45,6%), Gualeguaychú, Formosa (-43,6%), (43,9%) y Pergamino (-41,4%).La ciudad de Buenos Aires mereció un análisis particular. La sequía se extiende por 14 meses consecutivos. El total de 2008 fue de 723,3 milímetros: "hace 60 años que no se observa un registro similar ", dice el informe. El mes con menos lluvias fue mayo. Los apenas 7,7 milímetros son "nada" comparados con los 73,6 milímetros del período 1961-1990. Las lluvias de diciembre en la ciudad fueron las más bajas de los últimos 47 años: 23 milímetros. El promedio es de 106. La tendencia se agravó en los últimos tres meses del año en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. En la comparación, Dolores "perdió" casi el 70 % de las lluvias: de 257,8 milímetros en el trimestre a los 82 de 2008. Mar del Plata pasó de 262,7 mm a 89 (-66,1%) y Tres Arroyos, de 253,2 mm a 91,4 mm (-63,9%).La perspectiva para este año es que la tendencia seguirá hasta marzo. Tendremos, en la zona húmeda y semi-húmeda del país, un verano muy seco.Ahora, ¿esto significa que los valores 2008 llegaron para convertirse en una nueva norma?Contesta el doctor Ciappesoni: "En lo que está al norte del río Colorado, lo normal sería un aumento de las precipitaciones; es lo que estamos viendo en los últimos 40 años. Pero cuidado, puede haber períodos como éste, con una sequía de importancia".-¿A qué se debe?-El problema es que somos 'atlántico-dependientes'. Tenemos pocas lluvias en el sur de Brasil. Y hay que recordar que en la Argentina la introducción de la humedad es por el norte. El 'jet de capas bajas', corrientes en chorros, es responsable de la humedad que entra por el centro del país, Salta, Jujuy, norte de Córdoba y La Pampa. Es una entrada de aire a 1500, 1600 metros de altura que introduce la humedad. Porque tormentas hay, pero la precipitación es pobre. El otro día hubo una buena tormenta eléctrica, pero llovió poco. Los mecanismos dinámicos existen, pero falta una buena capa húmeda para que llueva más.