sábado, 19 de julio de 2008

La dignidad fue más fuerte que el poder


Parecía imposible, pero fue victoria.

Se sentía en el aire que estábamos haciendo algo histórico. Se percibía al costado de las rutas de todo el país, con los jóvenes y las familias que aguantaron días y noches a la intemperie. Se sentía en los cacelorazos de bronca, pero también en las marchas llenas de esperanza y alegría del Monumento a la Bandera en Rosario y del Monumento a los Españoles en Buenos Aires. La solidaridad entre clases sociales, la alianza del campo y la ciudad. Todo en el marco de las instituciones democráticas. Todo sin violencia. Es verdad que hubo días de mucha angustia. Por momentos nos sentimos hartos, asfixiados. Parecía que todo se perdía, que todo era en vano. Sin embargo, salimos a la calle. Hoy, la asfixia pasó. Estamos empezando a respirar otro aire.

Un pueblo vuelve a nacer cuando recupera su dignidad perdida. De a poco, con esfuerzo y errores, estamos convirtiéndonos en ciudadanos y haciéndonos cargo del protagonismo que nos toca. Estamos construyendo una revolución en paz. Estamos caminando a la República. Clases altas, medias y bajas se unieron para poner un límte a la arbitrariedad del poder. Queremos República, no queremos que nos mientan, no queremos que nos usen. Queremos distribución del ingreso. Queremos paz. Falta mucho. Pero hemos dado varios de los pasos más importantes.

Está naciendo otro país. Parecía imposible. La lección es clara: hay que mantener la esperanza, pase lo pase. No hay que tener miedo, aún cuando enfrente esté todo el poder y todo el dinero. Cuándo no se sabe cómo siguen las cosas, cuando no entendemos lo que va a pasar, debemos sostenernos en nuestras convicciones, en la fuerza de saber que hacemos lo correcto. Por momentos sólo nos queda la fe. Dignidad y fe.

Finalemente, hubo un día en que la dignidad fue más fuerte que el poder.

Andrés Domínguez

1 comentario:

Edu.Carlos Cuesta dijo...

Muy bueno! Estoy plenamente de acuerdo. Y le sumaria que cuando las voluntades se alzan por encima de los propios miedos el "milagro" de una realidad mejor se hace posible. Mis felicitaciones!
Edu.Carlos Cuesta