sábado, 16 de mayo de 2009

FORMOSA: El ganadero y la monja, una dupla anti K

Un ganadero y una monja son las principales cartas de la oposición para dar pelea al kirchnerismo en Formosa, uno de las provincias con peores indicadores sociales. El 28 de junio enfrentarán a uno de los más poderosos caciques provinciales, el peronista Gildo Insfrán, uno de los gobernadores predilectos de los Kirchner.

La curiosa pareja postulada por el opositor Acuerdo Cívico y Social la forman Ricardo Buryaile, de 46 años y vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), y María Inés Delfino, de 64 años y referente de una congregación de monjas franciscanas con un activo trabajo social en el norte del país. El fue uno de los líderes de la Mesa de Enlace durante el conflicto agropecuario. Ella es incondicional a Lilita Carrió, con quien tienen una admiración mutua. Ya representó al ARI en la elección de 2007, con una muy pobre suerte. En Formosa, los diputados son todos del PJ.

"Nos robaron mucho", recuerda Delfino sobre aquella elección en la que el oficialismo obtuvo más del 70% de los votos de unos 335.000 formoseños. Y denuncia: "El fraude que se vio en todo el país, en la provincia fue escandaloso. En Formosa, esto de las dádivas políticas está en grado superlativo. Mucha gente depende del Gobierno, mendiga de lo que el poder le puede dar".

"Vamos a tener que cuidarnos mucho de ese tipo de trampas", le dice Buryaile a su compañera de fórmula. El vice de CRA hace ganadería en Comandante Fontana, a unos 200 kilómetros de la capital provincial.

Su padre quedó huérfano a los 8 años y se las ingenió para sobrevivir desde los 14 vendiendo vacas desde Formosa a los ingenios de Salta. Recién en 1959 pudo comprar su primer pedazo de campo. "Por eso me indigna cuando me dicen oligarca", refunfuña.

En diálogo con Clarín, la extraña dupla confiesa que su objetivo es obtener al menos 33,4% de los votos, para quebrar la hegemonía del oficialismo en el bloque de diputados nacionales por la provincia. "La democracia se construye con equilibrio de poderes", afirma Buryaile. El dirigente, muy cercano a Mario Llambías, tuvo un trago amargo durante el conflicto entre el campo y el Gobierno, cuando se difundieron declaraciones suyas en la que afirmaba que si el Congreso avalaba la resolución 125, "había que cerrarlo". Dice que se trató de una ironía mal interpretada. "Yo digo que hay que cambiar el Congreso. Mi generación no participó de ningún golpe de Estado y creció en democracia. No se nos cruza por la cabeza ningún otro sistema", explica.

No hay comentarios: